2019-6-14 | Revista New Roads de Chevy

Hacerse el tiempo

Cuando Chase Fancher renunció a un trabajo corporativo que no lo gratificaba para crear relojes de primer nivel, se sumó a un movimiento mucho más grande que está modificando las ciudades y cómo vemos los bienes de producción local.

A Chase Fancher le gustaban el salario y los beneficios de trabajar para una compañía grande. ¿Pero el empleo? No tanto. "No me apasionaba", recuerda. "Y, lo que es igual de importante, no lograba equilibrar mi vida laboral y mi vida privada". Moría por hacer algo que amara.

 

Desde pequeño, Fancher se había sentido fascinado por los relojes. Dice que su primer reloj no era "nada increíblemente lindo". "Nada particularmente costoso, pero recuerdo que me tenía tan fascinado, lo amaba". Con el tiempo su colección aumentó, pero no tanto como su pasión por convertirse en un profesional de la industria de fabricación de relojes.

 

De hecho, ya había diseñado un reloj y armado un prototipo en 3D mientras todavía trabajaba en su empleo privado. Estaba en un momento en el que necesitaba invertir en su sueño y salir a venderlo, así que recurrió a su padre en busca de un consejo. "¿Qué les dirías a tus hijos el día de mañana?", le preguntó su padre.

 

"Fue una de las primeras veces en las que realmente entendí que debía intentarlo", dice Fancher. Así que después de mucha planificación e introspección, abandonó su vida corporativa en 2015 para abrir Oak & Oscar y crear relojes de primer nivel con diseños hermosos en su Chicago natal. "Soy coleccionista de relojes, y si realmente pudiera dejar mi marca en el mundo de la hora, me sentiría verdaderamente honrado", dice.

 

Una variedad de artesanos

Los diseños originales de Oak & Oscar, junto con su estética de líneas simples, ayudaron a impulsar su línea de relojes hacia un éxito rápido y casi la categoría de culto entre los entusiastas. La compañía también se distingue por trabajar junto a artesanos locales para crear correas y fundas para relojes elaboradas a mano.

En los últimos cuatro años los resultados hablaron por sí mismos. Fancher pudo contratar al talentoso artista gráfico local John Hatherly para mantener el impulso y ocuparse de las operaciones diarias. Cada reloj de Oak & Oscar que concibieron juntos se agotó. Las reseñas de los especialistas en relojes son excelentes. Y quizá lo más impresionante, los propietarios compran y se quedan con sus compras. En una comunidad famosa por "alternar" relojes, los modelos de Oak & Oscar no abundan en los sitios populares de reventa por Internet y en las pocas ocasiones en que sí aparecen, es por un precio alto.

 

Además los relojes se convierten rápidamente en parte de las historias de sus propietarios. "Tengo historias de muchachos que usaron nuestro cronómetro para ayudar a salvar vidas haciendo RCP. Yo usé mi cronómetro para medir la frecuencia de las contracciones de mi esposa", dice Fancher.

 

Fancher no está solo en esto de dejar las convenciones de lado para buscar una carrera más gratificante. "Cada vez más personas se dedican a emprender y trabajar de otras formas", explica Brooks Rainwater, de National League of Cities (NLC), que ayuda a fomentar este pico de emprendedorismo conocido como "el movimiento de los hacedores" en comunidades de todo el país.

 

Los hacedores crean productos artesanales, nuevas tecnologías digitales e incluso prototipos de gran escala. Algunos trabajan desde sus casas, otros en espacios para crear o centros de innovación de lugares como bibliotecas, escuelas, espacios de trabajo compartido o tiendas en las que comparten herramientas y recursos y trabajan de manera colaborativa con personas que tienen habilidades y talentos diferentes y complementarios.

Creo que en cualquier situación en las que se propician oportunidades locales es una ventaja para la comunidad.

Fancher trabaja con fuentes externas a su manera. Trabaja con empresas que tienen la reputación de crear bienes de alta calidad para ayudar a producir los relojes que concibe junto a su equipo. "Las buenas personas crean productos excelentes", explica Fancher, a quien le gusta estrechar manos con sus socios, compartir un trago y hablar acerca de los proyectos y formas de mejorar sus empresas individuales.

 

Algunos de estos socios son locales, como Stock Mfg., del oeste de Chicago, que fabrica fundas de lona encerada para el reloj más nuevo de Oak & Oscar, el Humboldt, el primer reloj de su colección permanente. (A Fancher le disgusta el desperdicio que suponen las cajas ornamentales para relojes y prefiere la utilidad de un estuche de viaje blando).

 

Recurrir a costurerías de Chicago le aporta una ventaja competitiva a Stock Mfg. "Para nosotros, hacernos cargo de la producción y fabricar con recursos locales nos permitió ayudar a crecer a una empresa de indumentaria", dice Jim Snediker, uno de los fundadores de Stock Mfg., acerca de la posibilidad de fabricar rápidamente pequeñas tandas de una línea de ropa para hombres, uniformes a medida y productos especializados.

 

Pero los fabricantes están logrando un impacto incluso mayor. "Creo que en cualquier situación en las que se propician oportunidades locales es una ventaja para la comunidad", dice Snediker.

Fabricantes estadounidenses de relojes que vale la pena tener en cuenta

Oak & Oscar no es la única empresa estadounidense que fabrica pequeñas tandas de hermosos relojes.

Lorier

El matrimonio Lorenzo y Lauren Ortega eran maestros enamorados de los relojes deportivos clásicos de los años 1950, pero no los podían costear. Su compañía, Lorier, busca traer ese estilo a todos los clientes con proporciones clásicas, movimientos mecánicos y cristales de acrílico encantadores a precios que hacen de sus relojes el producto perfecto de uso diario. lorierwatches.com

Pelton

La esfera de un reloj suele ser la que más miradas recibe, pero la empresa Pelton de Michigan decidió que la correa sea la estrella del espectáculo. El modelo Perseus de Pelton tiene una correa elaborada completamente por ellos, algo extremadamente raro para una empresa estadounidenses, de no más de 131 piezas terminadas a mano. peltonusa.com

Weiss Watch Company

Hay muy pocas empresas de producción de relojes pequeñas los producen de principio a fin en sus propios talleres. Los muchachos de Weiss hacen exactamente eso: fabrican todo, incluidos sus propios mecanismos, en su fábrica de Los Ángeles. weisswatchcompany.com

Woodnsteel de la cercana Fort Wayne, Ind., fabrica los estuches de cuero para relojes que Oak & Oscar vende como accesorios, y también fabricó todas las correas y estuches de cuero para los relojes de edición limitada y ediciones especiales de la compañía.

 

La confianza y sinergia que se creó entre los socios implica que Dustin Case, creador en Woodnsteel, puede centrarse en lo importante. "Son los detalles los que ayudan a que un producto se destaque, y creo que es algo que las compañías más grandes suelen pasar por alto", dice Case quien, como Fancher, dejó otro empleo para seguir su pasión por crear productos de cuero personalizados. "Espero que el esmero que ponemos en crear un producto de calidad aporta a la confianza de tener algo fabricado en los Estados Unidos".

 

Recurrir a proveedores locales puede ayudar a la comunidad, y de esta manera pueden poder expandir sus negocios y dar empleo a más personas del lugar. Las ciudades incluso están percibiendo que un movimiento de fabricantes inclusivo puede aportar a las poblaciones minoritarios con poco acceso y bajos ingresos un recurso útil.
 

Y los consumidores también quieren productos locales. Hoy en día las personas se preocupan mucho menos por tener más cosas en su casa, y cada vez más quieren tener bienes únicos, a medida, artesanales que tengan una "verdadera conexión con su comunidad, su lugar", dice Rainwater. Además, quieren conocer a los fabricantes, al igual que quieren conocer a los granjeros que producen sus alimentos. Dados todos estos factores, Rainwater supone que el movimiento de hacedores se volverá cada vez más fuerte en años venideros.

 

Los propietarios de relojes Oak & Oscar reciben todo: un producto bien fabricado y de diseño cuidado, además de mucho tiempo para conversar con Fancher, a quien le encanta organizar cenas y degustaciones de whisky para ellos en la tienda de Chicago de la compañía y en todo el país. "Para mí es importante que sientan que son parte de esto", dice de la marca que recibe su nombre de su amor por el whisky en barriles de roble y su perro travieso, Oscar, un concurrente habitual del negocio.

 

"Las personas quieren productos que tengan carácter y alma, y creo que eso es algo que hacemos bien", añade Fancher, quien admite que trabaja mucho más arduamente y muchas más horas que en su antiguo trabajo corporativo. "Pero al mismo tiempo lo adoro".

 

HISTORIA: ANNE NAGRO / FOTOGRAFÍA: CYBELLE CODISH