Es probable que escuches al Corvette 1972 de James Pulliam antes de verlo. Y eso se debe a su motor LS supercargado y su tubo de escape recto. Sin embargo, cuando este Corvette negro de tercera generación aparece a la vista, su diseño no desentona con todo ese estruendo.

En 2004, encontró el Corvette en muy mal estado en un desguace. El chasis aún se hallaba en buen estado, pero la pintura había desaparecido y el auto tenía un sencillo motor de bloque pequeño de 305 pulgadas cúbicas con una transmisión automática.

"Como mi padre tiene un pequeño garaje en la parte trasera de su casa, lo desarmamos por completo", dijo Pulliam. "Sacamos la carrocería del chasis y le pusimos un LS1 con el supercargador, lo respaldamos con un T56 y lo construimos a partir de ahí".

El Corvette conserva el chasis original, pero se soldó para reforzarlo según una guía llamada "Chevy Power Book". En su época, había una variedad de estos volúmenes clásicos en el Departamento de Partes de los concesionarios Chevrolet. Entre muchas otras lecciones, se enseñaba a preparar el chasis y la suspensión de un Corvette C3 para las carreras en carretera. 

Con esa guía en mente, Pulliam también añadió refuerzos al chasis en varios puntos, lo pulió con chorro de arena en su totalidad y añadió una capa de protección antioxidante con POR-15.

Toda la suspensión del auto se actualizó también, con amortiguadores QA1 en la parte delantera y amortiguadores ajustables de una sola lámina en la parte trasera.

Un amigo de la familia ayudó con el aspecto exterior del auto y pasó por el taller casi todos los fines de semana durante aproximadamente un año. Entre sus aportaciones, volvió a pintar el auto de un negro deslumbrante, revisó la carrocería y modificó los guardafangos.

"Es un artista, uno de esos tipos que ve cosas que nadie más ve", sostuvo Pulliam. "Compramos estos guardafangos de $400 para poner en el auto, y lo primero que hizo fue cortarlos justo por la mitad y luego abrir un triángulo en ellos. Los hizo más estrechos en el hueco del rin".

Otra modificación exterior fue la eliminación de gran parte de los emblemas, aparte de las banderas Corvette delanteras y traseras.

Los escapes laterales Hooker Headers y los rines CCW Classic también contribuyen a crear la apariencia y la postura únicas del Corvette. Cuando lo construyó, Hooker no fabricó escapes que se ajustaran al LS1, por lo que Pulliam y su equipo modificaron la brida del escape y en esencia hicieron los cabezales a medida para que se adaptaran al motor.

Los escapes pulidos son un complemento perfecto para los rines de 18 x 12 en la parte trasera y de 18 x 10 en la parte delantera. Están acompañados por neumáticos Continental con un ancho trasero de 335 mm y de 285 mm en la parte delantera del auto. Además, los frenos Wilwood mejorados con rotores de mayor diámetro en las cuatro ruedas se encargan de detener el C3.

El interior también se ha mejorado con una alfombrilla nueva, asientos deportivos de cuero Corbeau A4, indicadores AutoMeter personalizados y un panel de consola especialmente diseñado con interruptores personalizados. La palanca de cambios está en una ubicación ligeramente diferente a la original, y el interior, que era marrón, ahora es todo negro.

Durante la época en que se construyó el auto, los foros eran un medio de comunicación muy activo entre los entusiastas, y Pulliam se enteró por primera vez del corral de Corvette en Sebring a través de su actividad en ellos. 

Llevó el auto a la carrera por primera vez a finales de la década de 2000. Sin embargo, hasta este año no había regresado al evento. Allí se sumó a otros propietarios de Corvette que exhibían autos que iban desde los clásicos hasta el superauto de motor central de octava generación, todo ello mientras observaba al Corvette Racing en pista.

No dejes de seguir a The BLOCK para conocer muchas más construcciones de Chevrolet y GM de todo el país.

*Debido al efecto en el desempeño de las emisiones de un vehículo, estos motores están hechos para uso exclusivo en vehículos de competición. Estos motores están diseñados y concebidos para su uso en vehículos destinados exclusivamente a la competición: en carreras o competiciones organizadas en recorridos separados de las carreteras, calles o autopistas públicas. Es probable que la instalación o el uso de estos motores en un vehículo que circule por carreteras, calles o autopistas públicas infrinja las leyes y normativas estadounidenses y canadienses, estatales y provinciales, relacionadas con las emisiones de los vehículos de motor.