
2019-10-8 | Revista New Roads de Chevy
Jugar sobre hielo
No se necesita mucho para jugar al hockey sobre estanque, tan sólo palos, un disco y un cuerpo de agua congelada. Es una actividad refrescante, nostálgica y divertida a cualquier edad.
Dicen que así es como se debe jugar al hockey: al aire libre, rodeados de la naturaleza, en todo tipo de clima —cuanto más frío y nieve, mejor— con el sonido de las cuchillas raspando el hielo y el golpe de los discos que vuelan por el aire frío y van de un palo a otro.
A principios del invierno, por gran parte del noreste y en el norte de la región central oeste, se puede ver gente probando las condiciones del hielo en estanques, lagos, arroyos y canales locales. Es un momento de gran anticipación, ya que una vez que el hielo está lo suficientemente grueso, la gente se ajusta los patines, toma sus palos y aprovecha esos cuerpos de agua congelados para jugar al tradicional hockey de estanque.
Es un deporte para pasarla bien de verdad. "Estás al aire libre, te estás divirtiendo. Te la pasas riendo, a veces porque te resbalas y te caes. La gente está afuera simplemente disfrutando el momento", dice Steven Currie, 50, de Park City, Utah.
Currie juega al hockey de estanque con el mismo equipo desde hace años. Incluso se van de viaje una vez al año para participar en torneos de hockey de estanque, que puede ser un evento íntimo o bien en un festival que dura todo un fin de semana, con cientos de patinadores y miles de espectadores. Hasta ahora han competido en 10 torneos diferentes en siete estados y Canadá.
El hockey sobre hielo nació en los estanques congelados de Canadá hace aproximadamente 200 años y el hockey de estanque hace honor a ese legado. "Es como una vuelta al juego original", dice Currie, y eso es gran parte de su atractivo.

"Está creciendo muchísimo. Ahora hay estanques por todos lados", comenta Dave Beichley, 58, de Fort Collins, Colorado. Beichley ayuda a organizar la liga de hockey de estanque de Fort Collins, que funciona de una manera bastante similar a cualquier partido improvisado: Beichley se comunica por correo electrónico con más de 200 patinadores y quien pueda jugar simplemente se presenta.
Incluso la NHL está adoptando la modalidad. Este año, los profesionales tienen tres partidos al aire libre de la temporada regular: el Heritage Classic, el Winter Classic y el Stadium Series.
Las reglas del estanque
Los equipos se arman al azar de la siguiente manera: se hace una montaña con los palos de los participantes y se los separa en grupos. Los patinadores se dirigen hacia donde están sus palos y así se reúnen con su equipo, explica Beichley. Se juegan partidos de cuatro contra cuatro los fines de semana, como también antes del trabajo y en la hora del almuerzo. La temporada puede durar algunos meses o mucho menos; todo depende de la Madre Naturaleza. "Lo aprovechamos al máximo", comenta Beichley.
Es un desafío mantener el hielo sin protuberancias, surcos ni grietas que entorpecen el patinaje. Luego de muchas instancias de prueba y error, Beichley ha aprendido que la manera más sencilla es hacer un orificio en el hielo y dejar salir el agua del estanque a la superficie de juego. El agua rellena y cubre las imperfecciones, luego se congela y ya queda una superficie lisa.
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También me encanta jugar al hockey en forma competitiva. Lo que sí, se vive de otra manera. Es un buen cambio de ritmo.
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Beichley ha aprendido otros trucos para mantener el estanque en buenas condiciones para patinar, incluyendo el truco que él llama "Sin pala, no hay patinaje". Eso es porque quitar incluso una pulgada de nieve del hielo es un trabajo pesado, dice. Una buena pala es un elemento de trabajo fundamental, tan importante como los patines y el palo de hockey. Los jugadores palean el hielo antes de los partidos y entre un partido y otro y las pilas de nieve y hielo que se recolecta las utilizan para delimitar la cancha y mantener el disco dentro de estos límites.
En los partidos de hockey de estanque generalmente se convierten muchos goles y las reglas son sencillas: no se puede rematar en el aire, no se puede marcar al oponente, no se permite continuar una jugada si el disco sale de la cancha y no se puede anotar a menos que te encuentres detrás de la mitad de cancha. En vez de jugar con guardametas, muchos equipos utilizan redes bajas o cajas de madera con aberturas a los costados que hacen de arco. Como la mayoría de los jugadores no usa equipos que los protejan completamente, lo que importa es mantener el disco en el suelo para que nadie salga lastimado. Esto hace que lo importante sea jugar en equipo y pasar el disco a los demás compañeros.
"Es hockey en su estado más puro", dice Emily Cronin, 34, que se crió jugando sobre un estanque en Massachusetts con sus hermanos, su padre, su tío y sus primos. Cronin fue jugadora de hockey cuando iba al colegio y ahora es miembro de una liga de hockey de interior, pero aún disfruta de jugar al hockey de estanque. "Es muy desestructurado; realmente puedes divertirte jugando al hockey sin todas las reglas ni los árbitros. Creo que por eso me gusta tanto", agrega. "También me encanta jugar al hockey en forma competitiva. Lo que sí, se vive de otra manera. Es un buen cambio de ritmo".
Para que más gente tenga la oportunidad de disfrutar del hockey de estanque, desde hace tres años Cronin y su hermano Eric se ocupan de organizar un torneo en un lago en Vermont. Desde sus comienzos, el número de participantes se triplicó y alcanzó la cifra de 600 patinadores. El año pasado, se inscribieron 13 equipos femeninos al torneo, y Cronin cumplió uno de los objetivos que se había propuesto para el torneo.

El amor al juego al aire libre
Cuando el clima no coopera o no hay un cuerpo de agua cercano en donde se pueda patinar, puedes encontrar a los fanáticos del hockey de estanque jugando en pistas de patinaje al aire libre, a las que generalmente mantienen como parques públicos o bien se arman pistas improvisadas en los patios de la gente.
Curie y sus amigos arman una pista al aire libre en Park City todos los inviernos. "La mayoría de nosotros tiene hijos, por eso generalmente los niños también participan", dice, remarcando el estilo amistoso e improvisado de los partidos de hockey que arman.
Para muchos de los adultos, la experiencia les hace recordar los días de su juventud sin preocupaciones. "Hay algo sobre jugar al aire libre que hace que te sientas un niño nuevamente. Nos hace acordar a cuando jugábamos hasta que ya estaba demasiado oscuro como para seguir o hasta que las mamás nos llamaban para cenar", dice Currie, quien se crió jugando al hockey al aire libre en Canadá.
Cronin lo percibe de una manera muy similar. "Creo que el mayor disfrute es jugar al aire libre", comenta. "Reúne a personas de todas las edades y aptitudes. Es una actividad muy divertida que se puede disfrutar de a muchos".
Juegues donde juegues, la vibra con la que te da la bienvenida el hockey de estanque es bastante similar en todos lados. Y nunca eres lo suficientemente viejo como para no intentarlo. Y Beichley lo sabe perfectamente: él no se crió jugando al hockey pero aprendió a patinar a los 30 años en un estanque congelado que se encontraba enfrente de su oficina. "Éramos muchos trabajadores que nunca antes habíamos jugado al hockey y comenzamos a jugar en ese lugar. Parecíamos trípodes, tratando de descifrar cómo patinar y sostener el palo y al mismo tiempo jugar", nos cuenta.
Con el tiempo, se nos unieron más personas del parque empresarial y de las áreas lindantes para patinar en el estanque. "Formamos una comunidad muy sólida", comenta Beichley sobre el grupo que finalmente se convirtió en la liga de Fort Collins. Hoy por hoy, nos emociona ver cada vez más familias patinando y pasando la tradición del hockey de estanque a sus hijos. "He visto niños criarse en ese estanque... son realmente buenos y, sin duda, ¡siento celos!", comenta riendo.
HISTORIA: ANNE NAGRO / FOTOGRAFÍA: RICHARD SCHULTZ




