
2021-10-26 | Revista New Roads
Semillero de ciencia
AppHarvest construye granjas interiores con robots, IA y otras herramientas tecnológicas a disposición de los agricultores. El objetivo es simple: revolucionar la producción alimenticia en EE. UU.
Los agricultores se enfrentan a importantes desafíos en la actualidad, entre ellos, patrones climáticos impredecibles, suelos que carecen de nutrientes vitales para los cultivos y una población mundial que demanda más alimentos que nunca.
Jonathan Webb cree tener la solución: trasladar la granja al interior. Toda la granja.
El primer invernadero de Webb, construido en Morehead, Kentucky, para su nueva empresa, AppHarvest, es una estructura de vidrio de 2.8 millones de pies cuadrados. Para tener como referencia, equivale aproximadamente 50 campos de fútbol.
Aquí, en lo que sería un jardín interior de 60 acres, las ramas de tomate trepan por estructuras especialmente diseñadas para que puedan crecer hasta 45 pies de altura. Un sistema robótico de datos controlado por computadora supervisa todos los aspectos del crecimiento, y una mezcla propia de agua y nutrientes totalmente naturales se introduce por goteo directamente en las raíces de las plantas, lo que garantiza que cada fruta alcance la madurez y el tamaño óptimos.
"Esto nos permite cultivar con un 90 por ciento de agua y obtener hasta 30 veces más de productos por acre que en las granjas exteriores", explica Webb.
Según Webb, la instalación insignia de AppHarvest en Morehead puede producir un rendimiento equivalente a 1.800 acres de producción en campo abierto. AppHarvest ni siquiera utiliza una bomba para regar sus cultivos con agua. En cambio, utiliza lluvia reciclada que se recolecta en el inmenso techo de sus instalacaiones y se almacena en tanques de retención, donde solo necesita ser filtrada a través de arena y luz ultravioleta antes de utilizarse.
Webb nació y se crió en la zona este de Kentucky. Después de graduarse en economía en la Universidad de Kentucky, trabajó en la Oficina de Iniciativas Energéticas del Ejército de Estados Unidos, construyendo proyectos eólicos y solares en instalaciones militares.
Este antecedente le enseñó una valiosa lección ante las dificultades. "Siendo de uno de los mayores estados productores de carbón de los EE. UU., he visto en primera persona el colapso de la industria del carbón y el auge de las energías renovables", cuenta Webb.
Por eso, cuando la gente le pregunta qué tan rápido puede cambiar la agricultura, él les remite al sector energético. "Casi todas las personas quebraron durante los últimos 15 años", dice Webb. "Y las energías renovables pasaron de ser una industria incipiente a convertirse en algo enorme".
La tecnología es un principio fundamental para la instalación y los robots son claves en la visión de AppHarvest.
"Nuestra emblemática instalación de Morehead, repleta de sensores y accionadores, es una especie de robot gigante en sí mismo", dice el director técnico de la empresa, Josh Lessing. Estos sensores, que miden la temperatura, la humedad, la luz, el movimiento e incluso la presencia de bichos, permiten al sistema de inteligencia artificial controlar el clima del invernadero y programar la alimentación de las plantas, o incluso liberar bichos "buenos" para que se coman a los "malos". "Pero también proyectamos una plantilla suplementaria de robots que puedan trabajar junto a las personas, para colaborar con el trabajo cuando haya muchos cultivos o para trabajar los fines de semana", dice Lessing.
Lessing se apresura a corregir cualquier idea de que la empresa está planeando un invernadero que trabaje sin personas. "Hay muchas maneras de que lo que hacemos como personas sea especial", dice. "Los robots que utilizamos están diseñados para trabajar con seguridad en el ámbito laboral y con las personas. Si podemos alivianar las tareas de las personas para que puedan dedicar más tiempo al cuidado del cultivo que solo puede realizarse con el conocimiento y las manos de una persona, eso genera grandes resultados para nuestros clientes y nuestra comunidad".




