2018-6-18 | Revista New Roads de Chevy

De parque a parque

Un viaje en auto por los parques y bosques nacionales permite conocer la belleza natural increíble de nuestro país.

Estoy conduciendo una Chevrolet Traverse a lo largo de un risco en Angeles National Forest, igualmente cautivado por el paisaje imponente de las montañas y bosques que me rodean y aterrorizado de hacer una maniobra equivocada. Las curvas constantes y las bajadas abruptas no dejan espacio para ningún error.

 

Hay pocas cosas que se sienten más como Estados Unidos en verano que un viaje en auto. Especialmente uno bajo los cielos azules y el sol abrasador del oeste. Mi prometida y yo disfrutamos mucho la vida al aire libre, y nuestras vacaciones anteriores a la región norte de California nos dejaron con ganas de recorrer más la belleza natural protegida del estado. Emprendemos el viaje en una Traverse LT con asientos con la superficie de cuero disponibles, que adoramos por su confort y versatilidad: características que ayudan a reducir el estrés de un viaje largo y lo hacen muy disfrutable.

Los detalles importan

TRAVERSE

3.6 L

MOTOR V6

310

HP

266 LB-FT

DE TORQUE

Para los que buscan aventuras

Con mucho espacio para llevar tus equipos, o a tus personas favoritas, la Traverse fue perfecta para recorrer los estados del oeste. Dirigirse a las montañas no fue un problema, gracias a la tracción en las cuatro ruedas disponible y la radio Chevrolet MyLink con sistema de navegación disponible, que facilitaron la tarea de encontrar el próximo destino.

Día uno

Los vastos paisajes de California inspiraron el sistema de parques nacionales. Abraham Lincoln decidió otorgar protección gubernamental a Yosemite durante la Guerra Civil, y los escritos del naturalista John Muir ayudaron a impulsar la decisión de Teddy Roosevelt de expandir aun más el sistema original. La región sur del estado, aunque se la relaciona directamente con Los Ángeles, ofrece mucho más que una jungla de concreto: el sur de California alberga varios parques y bosques nacionales en un radio que se puede recorrer en auto en un período de tiempo razonable. Y cada uno ofrece un paisaje singular y completamente diferente del otro.

 

Iniciamos nuestro viaje en Santa Bárbara. Esta antigua misión española sobre el Pacífico es conocida por sus playas, sus vinos y su comida excepcional. También es un gran punto de partida hacia el Parque Nacional Channel Islands hacia el sur, el primer parque de nuestro itinerario.

 

Las cinco islas del canal que componen el arque fueron hogar durante varios miles de años de los nativos Chumash y luego, en el siglo 19, de granjeros criadores de ovejas y ganado. En el parque se puede ver evidencia de la presencia de ambos grupos. Pero las islas son principalmente conocidas por su excepcional diversidad y belleza natural. Se puede llegar a cada una de ellas en barco o en avión. Elegimos Santa Cruz, la más accesible de las cinco.

 

La isla es tan colorida y bonita, con aguas de color aguamarina que crean la rara sensación de estar dentro de una postal viva. En Scorpion Anchorage se puede hacer buceo de superficie y kayak, pero optamos por emprender una caminata fácil por las sendas del Scorpion Valley. Después de una curva de dos millas llegamos a Cavern Point, donde las vistas son imponentes y a veces hasta es posible ver ballenas. Después de otro trayecto corto de media milla llegamos al histórico Scorpion Ranch, uno de los edificios que data del 1800 y que todavía están diseminados por la isla. Cuando cae la tarde es tiempo de volver, pero no es fácil dejar los paisajes exuberantes, y me gustaría haber tenido tiempo de ver lo que ofrecen las otras islas.

 

De regreso en Santa Bárbara emprendimos la búsqueda de un buen lugar para comer, y nos encontramos con un lugar italiano familiar que parecía un viaje atrás en el tiempo. Nos deslizamos en una banqueta de cuero roja y observamos las paredes, casi completamente cubiertas con fotos de las celebridades que visitaron el restaurante y los antepasados de los propietarios. Unas porciones de calamares y chuletas de cerdo nos facilitan la transición al mundo civilizado.

Día dos

Damos un paseo a pie a orillas del océano antes de salir camino a Palm Springs. Es temprano y no hay casi nadie en la playa. Nuestro camino de salida nos permite sortear el tráfico de Los Ángeles y, lo que es más importante, disfrutar las Vasquez Rocks, ubicadas en las montañas de Sierra Pelona y son parte del sistema de parques del condado. Las rocas, formadas por la erosión rápida en subida de hace millones de años, sobresalen de la tierra tan cruda y sorprendentemente que han sido locación de diversas filmaciones de películas y programas de televisión con escenografía del espacio exterior. Caminamos hacia la cima de una de las rocas rojizas para disfrutar una buena vista de la formación más grande y distintiva. Estamos a solo un par de millas de la autopista, pero el lugar es pacífico e inhóspito.

 

Desde Vasquez Rocks tomamos la ruta más larga a Palm Springs. Mi prometido conecta su teléfono al puerto USB de la Traverse para conectarse con Apple CarPlay™, y así poder reproducir nuestra música favorita de su lista de reproducción y controlar el orden desde la pantalla táctil. Apenas pasando Agua Dulce, tomamos la carretera N3 del condado y nos dirigimos al sur, al corazón del Angeles National Forest. Hacemos paradas periódicas para disfrutar los increíbles paisajes -majestuosas estructuras rocosas y cielos azules, que llegan hasta donde llega la vista.

 

Después de aproximadamente una hora, tomamos la legendaria carretera Angeles Crest hacia el este. Cada vez que siento que ya no se puede llegar más alto, pasamos otro cartel con otro hito de elevación, hasta llegar finalmente a casi 9,000 pies. (El pico más alto del bosque es Mount Baldi, con 10,064 pies).

 

La sensación de estar tan altos, en un camino con caídas abruptas en cada curva, es a la vez adrenalínico y atemorizante. Agradezco la tracción en las cuatros ruedas disponible de la Traverse, así como la función Traction Mode Select, que me permite ajustar el desempeño en función de las diversas condiciones del camino que vamos encontrando entre las montañas.

No hay nada más estadounidense que nuestros parques nacionales. La idea fundamental detrás de los parques es nativa. Es decir, el país le pertenece a su gente.

- Presidente Franklin D. Roosevelt,
en un comunicado radial el 5 de agosto de 1934

Después de otra media hora, llegamos a Newcomb's Ranch, un restaurante discreto a la vera del camino. Pocas veces me hizo tan feliz toparme con una laguna: tengo los ojos cansados de enfocarlos en el camino y necesito descansar. Newcomb's comenzó siendo una posada en 1939. En ciertos momentos fue un almacén de ramos generales y una gasolinera, y luego fue reconstruido como un restaurante, después de un incendio en 1976. Hoy es un lugar fantástico para ir hasta la barra y ordenar un sándwich después de horas de atravesar giros y curvas, que es exactamente lo que decidimos hacer.

 

Después de un rato estamos listos para enfrentar el resto de la carretera panorámica, 33 millas a Wrightwood, rodeado de tierra firme. Para disfrutar algo más ligero por un rato, paramos en el camino a Palm Springs para ver a los Cabazon Dinosaurs, una atracción sobre el camino que data de 1975. Estas enormes figuras de dinosaurios a la vera de la carretera son entre cursis e inesperadamente impresionantes.

 

Al acercarnos a Palm Springs por la Interstate 10 llegamos al teleférico de Palm Springs. Este teleférico lleva a los pasajeros hasta las montañas de San Jacinto, elevándose casi 6,000 pies en solo 12 minutos, con vistas imponentes hacia donde mires. La base de salida del teleférico es un desierto y al llegar arriba es un bosque alpino. El paseo suena increíble, excepto porque le tengo pavor a las alturas. Pero parece ridículo perderse semejante experiencia.

 

Pero tal parece que tuve razón en sentir nervios: el paseo es aterrador. Pero también es diferente de cualquier otra cosa que haya hecho jamás: subir a una montaña en solo unos minutos, con vistas a cielo abierto en tres lados y el acantilado en el cuarto, a medida que el teleférico se eleva y gira lentamente. Como muchos pasajeros, me siento agradecida de haber llegado a Peaks Restaurante, un establecimiento cómodo y de nivel en la cima, pero no lamento haber hecho el viaje.
 

No importa qué quieras ver, puedes llegar hasta allí cómodamente en una Traverse.

Día tres

Hoy iremos al parque que más ganas tenía de recorrer: el Joshua Tree National Park de 825,000 acres, donde se reúnen los ecosistemas del Mojave y de Colorado. Las imágenes de los árboles tan distintivos del parque siempre me han cautivado.

 

Pero primero vamos hasta el Ace Hotel Palm Springs para desayunar. Esta colección de hoteles extravagantes en todo el país busca ser cool y lo logra, sin caer en el esnobismo. El restaurante del Ace tiene una decoración retro chic confortable. Después desayunar huevos rancheros y tostadas con aguacate, estamos listos para enfrentar el día.

 

Conducimos por la Carretera 62 hasta la entrada oeste de Joshua Tree National Park. Continuamos por Park Boulevard hasta Quail Springs y allí bajamos. Nos rodean los Yucca brevifolia, llamados árboles de Joshua (Josué) por los mormones porque les recuerdan una historia bíblica en la que Josué eleva sus manos al cielo para orar. Es fácil ver por qué los árboles pudieron inspirar una experiencia religiosa: son tan bellamente extraños y crecen en terrenos tan áridos que es difícil no sentirse sobrecogido en su presencia. Caminamos a lo largo de un pequeño sendero, lo suficientemente parque adentro como para no oír ni ver a nadie más, y encontramos unas pocas rocas alrededor. Nos recostamos bajo el cielo increíblemente azul y cerramos nuestros ojos. Durante un rato largo.

 

Nuestro plan es terminar nuestro día en Indian Cove y disfrutar el atardecer. Hace calor, así que para volver al estacionamiento usamos la aplicación móvil myChevrolet para arrancar en forma remota la Traverse y que esté fresca al subirnos. Tomamos el camino largo por el parque y detectamos varios escaladores. El árbol de Josué es un destino popular para quienes disfrutan de escalar en roca, y pasamos Skull Rock, adecuadamente nombrada por su forma de calavera. Mientras el sol comienza a ponerse, llegamos a Indian Cove en el extremo norte del parque y observamos cómo el sol cae detrás de las formaciones rocosas gigantes a un par de millas de distancia. Conducimos fuera del parque, lamentando tener que irnos.

 

En nuestro camino de regreso a Palm Springs pasamos por Pie For The People, una pizzería sobre la 62 que sirve por porción. Estoy un poco mareada por el entorno, así que ordeno tres porciones. Logro terminar una. Parece una metáfora apropiada de nuestro viaje: solo puedo vivir una pequeña parte de todo lo maravilloso que ofrece.

 

TEXTO: ALEXA STANARD/FOTOGRAFÍA: CHRIS STRALEY

*El precio de venta sugerido por el fabricante no incluye costo del flete, impuesto, título, licencia, cargos del concesionario y equipos opcionales. Haz clic aquí para ver los costos de flete de todos los vehículos Chevrolet.